Children & Adolescents Clinic

 Home Parent's Guide

Clinical Reference Systems: Pediatric Advisor 10.0
English version

Disciplina: Principios Basicos
(Discipline Basics)

DefiniciÛn

El primer objetivo de la disciplina es proteger a su hijo del peligro. Otro objetivo muy importante es enseÒarle a distinguir entre el bien y el mal. La buena disciplina gradualmente convierte a un niÒo egoÌsta en un adulto maduro que es considerado y respetuoso con los dem·s, seguro de sÌ mismo sin ser hostil, y en pleno control de sus impulsos. El establecimiento de lÌmites razonables nos evita criar a un niÒo "mimado". La palabra "disciplina" significa "enseÒar". No significa "castigar".

Para enseÒarle a su hijo a respetar los derechos de los dem·s, ensÈÒele primero a respetar los derechos de los padres. Los hijos necesitan padres que "estÈn en control". Inicie los controles externos cuando su hijo tenga 6 meses de edad. Los niÒos empiezan a desarrollar controles internos (autocontrol) a los 3 Û 6 aÒos de edad y siguen necesitando controles externos, en medida gradualmente decreciente, durante toda la adolescencia.

Si su hijo tiene varios problemas de disciplina o est· fuera de control, empiece a leer la SecciÛn titulada: "CÛmo iniciar un programa de disciplina". Si usted quiere aprender m·s acerca de la disciplina normal, pase directamente a la SecciÛn titulada: "GuÌas generales para el establecimiento de reglas".

CÛmo iniciar un programa de disciplina

  1. Haga una lista de los problemas de conducta de su hijo.

    øQuÈ quiere cambiar? Durante los prÛximos 3 Û 4 dÌas observe y anote cu·les son las caracterÌsticas inapropiadas o molestas del comportamiento de su hijo.

  2. Establezca prioridades para corregir los problemas de conducta.

    En algunos casos el mal comportamiento requiere atenciÛn inmediata; por ejemplo, un comportamiento que pueda causar daÒo a su hijo o a otros. Hay ciertos comportamientos que son demasiado molestos o desagradables para ser ignorados (tal como no querer acostarse). Otros tipos de comportamiento fastidioso (tal como el negativismo, o sea decir "no" siempre entre los 2 y 3 aÒos de edad) son normales y deben ser tolerados. Algunas familias con un niÒo que est· fuera de control tienen demasiadas reglas, y es necesario que piensen cu·les problemas de conducta pueden ser tolerados.

  3. Formule las reglas de la casa con respecto a los tipos m·s importantes de mal comportamiento.

    Vea la SecciÛn titulada: "GuÌas generales para el establecimiento de reglas".

  4. Decida quÈ castigo usted impondr· para cada tipo de mal comportamiento.

    Todo comportamiento, bueno y malo, es afectado en gran parte (o dictado) por las consecuencias. Si la consecuencia es agradable (por ejemplo, una recompensa o elogio) es m·s probable que el niÒo repita ese comportamiento. Si la consecuencia es desagradable (un castigo) es menos probable que el niÒo vuelva a hacer lo mismo.

    Los niÒos pequeÒos generalmente no responden a los sermones o recordatorios. Los actos son m·s eficaces que las palabras. Los actos m·s eficaces son no hacer caso del mal comportamiento, indicarle al niÒo un comportamiento m·s apropiado o darle una suspensiÛn temporal.

    Para informaciÛn adicional sobre las formas de castigo, vea la SecciÛn titulada: "TÈcnicas disciplinarias".

  5. Suspenda temporalmente los castigos fÌsicos.

    Casi todos los niÒos que est·n fuera de control ya son demasiado agresivos. El castigo fÌsico les enseÒa que est· bien ser agresivo (por ejemplo, golpear o lastimar a otra persona) para resolver los problemas.

  6. Deje de gritar.

    Levantar la voz y gritar le enseÒan a su hijo a contestar de la misma manera; al hacerlo, usted hace legÌtimas las competencias de gritos. Por sus gritos, su hijo percibir· que usted no se siente en control de la situaciÛn. A menudo, los gritos aumentan el desacuerdo y lo convierten en una batalla declarada. A la larga, su hijo responder· mejor a un tono de voz agradable y a las palabras diplom·ticas.

  7. No lleve a su hijo a lugares p™blicos hasta que su comportamiento en casa estÈ bajo control.

    En general, los niÒos que se portan mal son m·s difÌciles de controlar en un centro comercial o un supermercado que en casa. Cuando tenga que ir a estos lugares, deje a su hijo con una niÒera (babysitter) o con su esposo.

  8. Tome descansos diarios en la supervisiÛn de su hijo.

    PÌdale a su esposo que se encargue de la supervisiÛn y disciplina de su hijo por unas cuantas horas. Si esto es imposible, contrate a una adolescente varias veces por semana para que cuide a su hijo mientras usted sale. Haga tambiÈn una "cita" para salir una noche a la semana con su esposo o alguna amiga.

  9. Confirme y elogie el progreso de su hijo.

    Los niÒos responden mejor a la disciplina si Èsta proviene de personas que los aman y a quienes ellos desean complacer. Todos los niÒos necesitan diariamente elogios, sonrisas y abrazos. ProporciÛnele a su hijo esta mayor atenciÛn cuando no la est· pidiendo, especialmente si se est· portando bien. EsfuÈrcese especialmente para notar las ocasiones en que su hijo se est· portando bien. Si cada dÌa su hijo recibe m·s comentarios negativos y crÌticas que respuestas positivas, usted tendr· que restablecer el equilibrio emocional sano disminuyendo el n™mero de reglas, criticando menos a su hijo y d·ndole m·s elogios y afecto. Muchos expertos consideran que se necesitan varios contactos positivos para contrarrestar un contacto negativo. (Para obtener informaciÛn adicional, vea la SecciÛn titulada: "GuÌas generales para el refuerzo positivo".)

  10. Ay™dele a su hijo a tener una imagen positiva de sÌ mismo.

    La imagen que su hijo tiene de sÌ mismo es m·s importante que su grado de disciplina. No hable en presencia de su hijo sobre sus problemas de disciplina y sobre lo preocupada que usted est· por ese motivo. CorrÌjalo con bondad. A veces, empiece su correcciÛn diciendo: "Lo siento, pero no puedo dejar que t™..." No designe a su hija o hijo como una "niÒa mala" o un "niÒo malo". DespuÈs de que termine el castigo, dÈle la bienvenida otra vez en el cÌrculo familiar, diciÈndole que todo est· perdonado.

GuÌas generales para el establecimiento de reglas

  1. Inicie la disciplina aproximadamente a los 6 meses de edad.

    Los reciÈn nacidos no necesitan ninguna disciplina. Sin embargo, a partir de los 6 meses, los padres pueden empezar a aclarar sus propios derechos. Si el niÒo le dificulta el cambio del paÒal porque patalea y se mueve mucho, usted puede decirle firmemente: "No, ay™dale a mam· a cambiarte el paÒal". Para los 8 meses de edad, los niÒos necesitan reglas para su propia seguridad.

  2. Exprese cada mal comportamiento mediante una regla clara y concreta.

    Su hijo puede no entender descripciones vagas de mal comportamiento, tales como "hiperactivo", "irresponsable" o "malicioso". Cuanto m·s pequeÒo sea el niÒo, tanto m·s concreta debe ser la regla. Algunos ejemplos de reglas claras son: "No empujes a tu hermano" y "No me interrumpas cuando hablo por telÈfono".

  3. Exprese tambiÈn el comportamiento que usted considera aceptable, deseado, adaptable y apropiado.

    Su hijo debe saber lo que usted espera de Èl. Algunos ejemplos son: "Juega con tu hermano", "Mira alg™n libro mientras yo estoy hablando por telÈfono" o "Camina, no corras". Haga que sus elogios del buen comportamiento sean especÌficos; por ejemplo, "Gracias por estarte quieto".

  4. No haga caso del mal comportamiento de poca importancia o consecuencia.

    Cuantas m·s reglas tenga, tanto menos probable es que su hijo las obedezca. Por lo general, la crÌtica constante no da buenos resultados. Comportamientos tales como hacer oscilar las piernas, tener malos modales en la mesa o tener la costumbre de contestar negativamente no tienen importancia durante los primeros aÒos.

  5. Adopte reglas que sean justas y que su hijo pueda respetar.

    Las reglas deben adaptarse a la edad de su hijo. Un niÒo no debe ser castigado por torpeza cuando estÈ aprendiendo a caminar, ni por mala pronunciaciÛn cuando estÈ aprendiendo a hablar. Adem·s, no debe castigarse a un niÒo por el comportamiento que es parte del desarrollo emocional normal, tal como chuparse el dedo, el temor de ser separado de sus padres y los accidentes en el aprendizaje de la higiene personal.

  6. ConcÈntrese inicialmente en dos o tres reglas.

    Asigne m·xima prioridad a las cuestiones de seguridad, tales como no salir a la calle corriendo, y a evitar los daÒos a otras personas. Luego, sigue en importancia el comportamiento que podrÌa causar daÒos materiales. DespuÈs vienen todos los comportamientos molestos que a usted le exasperan.

  7. Evite tratar de modificar con castigos un comportamiento "imposible de corregir".

    El "comportamiento imposible de corregir" es el comportamiento que generalmente no puede ser controlado por el padre o madre si el hijo decide continuarlo. Algunos ejemplos son orinarse, tirarse el cabello, chuparse el dedo, hacer oscilar el cuerpo, masturbarse, no comer lo suficiente, no irse a dormir y no querer hacer las tareas escolares. El primer paso para resolver este tipo de conflicto es retirarse del mismo y dejar de castigar a su hijo por el mal comportamiento. Luego, cuando su hijo se porta como usted quiere, proporciÛnele refuerzo positivo, tal como un elogio. (Vea la SecciÛn titulada: "GuÌas generales para el refuerzo positivo".)

  8. Aplique las reglas en forma firme y regular.

    Una vez que los padres se ponen de acuerdo sobre las reglas, puede ser ™til escribirlas y colocarlas en un lugar bien visible en la casa.

TÈcnicas disciplinarias (incluyendo mÈtodos de castigo)

  1. Resumen de las tÈcnicas que deben emplearse a diferentes edades

    Las tÈcnicas mencionadas aquÌ se describen m·s ampliamente despuÈs de esta lista.

    • Del nacimiento a los 6 meses: la disciplina no es necesaria.
    • De los 6 meses a los 3 aÒos de edad: estructuraciÛn del ambiente domÈstico, distracciÛn, pasar por alto, desaprobaciÛn verbal y no verbal, direcciÛn manual y suspensiÛn temporal.
    • De los 3 a los 5 aÒos de edad: las tÈcnicas anteriores (especialmente la suspensiÛn temporal), m·s las consecuencias naturales, restricciÛn de los lugares donde el niÒo puede portarse mal y consecuencias lÛgicas.
    • De los 5 aÒos a la adolescencia: las tÈcnicas anteriores m·s el retardo de un privilegio, mensajes de "yo", negociaciÛn y conferencias familiares. Puede discontinuarse la estructuraciÛn del ambiente y la distracciÛn.
    • Adolescencia: consecuencias lÛgicas, mensajes de "yo", y conferencias familiares sobre las reglas de la casa. Para cuando su hijo se convierta en adolescente, deber· dejar de usar la direcciÛn fÌsica y las tÈcnicas de suspensiÛn temporal.

  2. EstructuraciÛn del ambiente domÈstico

    Usted puede modificar el ambiente que rodea a su hijo a fin de eliminar objetos o situaciones que podrÌan causar problemas. Algunos ejemplos son: poner fuera de su alcance los objetos rompibles, cercar el patio, colocar barreras protectoras, poner cerraduras en un escritorio especial o cerrar con llave ciertas habitaciones.

  3. DistracciÛn de su hijo cuando se estÈ portando mal

    Distraer de la tentaciÛn a un niÒo pequeÒo llamando su atenciÛn hacia alguna otra cosa resulta especialmente ™til cuando el niÒo est· en una casa ajena, en el consultorio de un mÈdico o en una tienda. En esos lugares serÌa difÌcil emplear otras opciones disciplinarias (tal como la suspensiÛn temporal). TambiÈn conviene que le dÈ a su hijo algo para distraerlo y evitar que cause problemas si usted va a estar ocupada en casa con invitados, hablando por telÈfono o alimentando a su bebÈ. La mayorÌa de los niÒos pueden ser distraÌdos con juguetes o alg™n alimento. Para capturar la atenciÛn de los niÒos en edad escolar pueden necesitarse libros, juegos u otras actividades. La distracciÛn tambiÈn se llama "desviaciÛn de la atenciÛn" o "cambio de direcciÛn".

  4. Pasar por alto el mal comportamiento

    No hacer caso ayuda a interrumpir el comportamiento inaceptable pero inofensivo (tal como las rabietas, el mal humor, los lloriqueos, los altercados y las interrupciones). La forma apropiada de pasar por alto este comportamiento es alejarse del niÒo, darle la espalda, evitar el contacto visual e interrumpir cualquier conversaciÛn con su hijo. No haga caso a las protestas o excusas. Algunas veces tendr· que alejarse del lugar donde su hijo se est· portando mal. La tÈcnica de pasar por alto un comportamiento tambiÈn recibe el nombre de extinciÛn.

  5. DesaprobaciÛn verbal y no verbal

    A menudo, todo lo que se requiere para interrumpir el mal comportamiento de un niÒo pequeÒo es una leve desaprobaciÛn. AcÈrquese a su hijo, establezca contacto visual, adopte un aspecto decidido y serio, y dÈle una orden breve y directa, tal como "No" o "°Basta!" Ya que est· cerca del niÒo, usted puede hablar en un tono de desaprobaciÛn, pero suave. MuÈstrele al niÒo lo que usted quiere que haga. Si quiere, puede subrayar que est· hablando en serio, sacudiendo su dedo o apuntando con el mismo. El error m·s com™n que cometen los padres cuando emplean esta tÈcnica es sonreÌr o reÌr.

  6. DirecciÛn manual (sacarlo o moverlo fÌsicamente)

    "DirecciÛn manual" significa que usted lleva al niÒo de un lugar a otro contra su voluntad. Algunas veces, los niÒos deben ser llevados fÌsicamente desde un lugar donde est·n causando problemas hasta una silla, para una suspensiÛn temporal. Otras veces deben ser llevados a la cama, al baÒo o al automÛvil, si se niegan a hacerlo por sÌ mismos. Lleve a su hijo de la mano o tom·ndolo del antebrazo. Si se niega a ser conducido, lev·ntelo en peso tom·ndolo por detr·s y llÈvelo.

  7. SuspensiÛn temporal o aislamiento social

    La suspensiÛn temporal saca al niÒo de la escena del comportamiento inaceptable hacia un lugar aburrido (por ejemplo, un corralito, un rincÛn, o la rec·mara). La suspensiÛn temporal es la tÈcnica disciplinaria m·s eficaz de que disponen los padres para disciplinar a los bebÈs y niÒos pequeÒos que se portan mal. Las suspensiones temporales deben durar aproximadamente un minuto por cada aÒo de edad, y nunca deben durar m·s de 5 minutos.

  8. Consecuencias naturales

    Al experimentar las consecuencias naturales de sus propias acciones, debidas a las leyes naturales del mundo fÌsico, su hijo aprende a portarse bien. Por ejemplo: llegar tarde a la cena significa que la comida estar· frÌa; no vestirse en forma apropiada de acuerdo al tiempo que haya significa que su hijo tendr· frÌo o se mojar·; no ponerse los mitones para ir a jugar en la nieve significa que tendr· las manos frÌas; correr sobre el hielo puede causarle una caÌda; ponerse arena en la boca produce un sabor desagradable; romper un juguete significa que ya no ser· divertido jugar con Èl; y acostarse tarde significa estar soÒoliento por la maÒana. Aunque es muy ™til que los niÒos aprendan de sus errores, es importante que no se les permita hacer alguna cosa que pueda lastimarlos a ellos o a otras personas, como por ejemplo, jugar con fÛsforos o correr en la calle.

  9. RestricciÛn de los lugares donde el niÒo puede portarse mal

    Esta tÈcnica es especialmente ™til para los problemas de la conducta que no pueden ser eliminados. Permitir un mal comportamiento como meterse el dedo en la nariz y masturbarse en su cuarto evita un conflicto innecesario. Los juegos tumultuosos o bruscos pueden ser permitidos sÛlo fuera de la casa. Durante el invierno, usted puede permitir que su hijo ande en triciclo ™nicamente en el sÛtano.

  10. Consecuencias lÛgicas

    Las consecuencias lÛgicas son las que usted le impone a su hijo como resultado de su mal comportamiento. Estas consecuencias deben estar relacionadas lÛgicamente con el mal comportamiento, haciendo al niÒo responsable de sus problemas y decisiones. Muchas consecuencias lÛgicas son simplemente la privaciÛn temporal de alguna posesiÛn o de alg™n privilegio. Algunos ejemplos son: quitarle los juguetes o l·pices de color si el niÒo los usa incorrectamente, no reemplazar un juguete perdido, no reparar un juguete roto, enviar a su hijo a la escuela vestido parcialmente si no quiere vestirse solo, hacerle limpiar la leche que derramÛ o el piso que ensuciÛ con barro, hacerle lavar la ropa interior que ensuciÛ y apagar la televisiÛn si los niÒos se est·n peleando a causa de ella. Adem·s, su hijo puede perder temporalmente sus privilegios de ver televisiÛn, usar el telÈfono, ir de compras, andar en bicicleta y usar el automÛvil si abusa de ellos. En la escuela, el maestro proporcionar· consecuencias lÛgicas apropiadas si su hijo no completa sus tareas escolares.

    No castigue a sus hijos priv·ndolos de cosas b·sicas indispensables, tales como una comida; de actividades organizadas con grupos tales como un equipo deportivo o una tropa de niÒos exploradores; o de alg™n evento que su hijo ha estado esperando por mucho tiempo, como por ejemplo, ir al circo.

  11. Retardo de un privilegio

    Esta tÈcnica consiste en pedirle a su hijo que termine una actividad que le gusta menos antes de que pueda hacer otra que le gusta m·s ("primero el trabajo y luego la diversiÛn"). Algunos ejemplos son: "DespuÈs de limpiar tu cuarto, puedes salir a jugar"; "Cuando termines la tarea, puedes ver la televisiÛn"; y "Cuando hayas probado toda la otra comida, puedes comer el postre".

  12. Mensajes de "yo"

    Cuando su hijo se porta mal, explÌquele cÛmo se siente usted. DÌgale: "Estoy enojada" o "Me molesta cuando haces tal y tal cosa". Es m·s probable que su hijo la escuche y responda positivamente si usa este enfoque y no si todo lo que le dice empieza con "t™". Los mensajes de "t™" generalmente desencadenan una reacciÛn defensiva.

  13. NegociaciÛn y conferencias familiares

    A medida que los niÒos crecen, necesitan m·s comunicaciÛn y conversaciones con sus padres acerca de los problemas. Uno de los padres puede iniciar tal conversaciÛn diciendo: "Necesitamos cambiar estas cosas. øPor dÛnde quieres empezar?" TambiÈn es ™til tener conversaciones en las que participa toda la familia (conferencias familiares).

GuÌas generales para aplicar los castigos

  1. No sea ambivalente.

    PropÛngase hacer lo que diga. Sea decidida y firme.

  2. Corrija con amor.

    Hable a su hijo en la forma en que usted quiere que otras personas le hablen a usted. Evite recurrir a los gritos o emplear un tono de voz irrespetuoso. Por ejemplo, dÌgale suavemente: "Lamento que hayas salido del patio. Ahora debes quedarte en la casa".

  3. DÈle una advertencia o aviso recordatorio antes de castigarlo.

    Si usted est· segura de que su hijo comprende la regla, esta advertencia es innecesaria y usted puede castigarlo sin advertencia previa. Si su hijo no deja de hacer lo que est· haciendo, aseg™rese de aplicar el castigo en lugar de simplemente repetir las amenazas de hacerlo.

  4. Castigue a su hijo si es claro que tiene intenciÛn agresiva.

    Detenga a su hijo antes de que lastime a alguien o que cause alg™n daÒo. Un ejemplo serÌa si usted ve que su hijo levanta un juguete para golpear a un compaÒero de juegos.

  5. Aplique el castigo inmediatamente.

    Los castigos diferidos son menos eficaces porque los niÒos pequeÒos olvidan la razÛn por la que se les est· castigando. El castigo debe tener lugar muy pronto despuÈs del mal comportamiento y debe ser aplicado por el adulto que lo presenciÛ. Una excepciÛn para los niÒos mayores de 4 Û 5 aÒos es cuando se portan mal fuera de casa, donde es difÌcil castigarlos. Puede poner marcas en la mano de su hijo con un marcador o bolÌgrafo para indicar el n™mero de castigos que recibir· cuando lleguen a casa. Los castigos pueden ser 5 minutos de suspensiÛn temporal Û 30 minutos descontados del tiempo para ver la televisiÛn, por cada marca.

  6. Cuando castiga a su hijo, haga un comentario de una sola frase acerca de la regla.

    Evite un discurso largo.

  7. No haga caso de los argumentos de su hijo mientras lo est· corrigiendo.

    Esto es algo que los niÒos utilizan para retardar el castigo. Tenga una pl·tica con su hijo despuÈs, en un momento m·s agradable. Especialmente cuando tienen menos de 3 aÒos de edad, los niÒos entienden principalmente las acciones, no las palabras.

  8. Haga que el castigo sea breve.

    Retire los juguetes de la circulaciÛn durante 1 Û 2 dÌas como m·ximo. Las suspensiones temporales no deben durar m·s de 1 minuto por cada aÒo de la edad del niÒo.

  9. Haga que el castigo sea proporcionado al mal comportamiento.

    Trate tambiÈn de hacer que el castigo estÈ relacionado con el mal comportamiento.

  10. DespuÈs del castigo, exprese cariÒo y confianza.

    DÈle otra vez la bienvenida a su hijo en el cÌrculo familiar y no haga comentarios acerca del mal comportamiento previo ni exija una disculpa por el mismo.

  11. Dirija el castigo contra el mal comportamiento, no contra la persona.

    Evite los comentarios degradantes, tales como: "T™ nunca haces nada bien".

  12. No se sorprenda si, por un breve perÌodo, su hijo se porta mal con mayor frecuencia una vez que usted haya empezado a disciplinarlo en forma firme y regular.

    Los niÒos que est·n fuera de control al principio tratan de poner a prueba la determinaciÛn de los padres antes de aceptar el nuevo sistema. Este perÌodo de prueba generalmente dura 2 Û 3 dÌas.

GuÌas generales para el refuerzo positivo del comportamiento deseado

La mayorÌa de los padres no proporcionan suficiente refuerzo positivo, especialmente caricias y abrazos. No cuente con el buen comportamiento de su hijo como un hecho. Cuando nota que su hijo se comporta como usted quiere, elÛgielo diciÈndole algo como "Me gusta la forma en que....", o "Aprecio..." Al decir esto, acÈrquese a su hijo, mÌrelo, sonrÌa y sea afectuosa. La recompensa favorita de casi todos los niÒos es el afecto y la atenciÛn de los padres.

Hay dos clases de refuerzos positivos: sociales y materiales. Los refuerzos positivos sociales, tales como el elogio, deben ser utilizados cuando su hijo se comporta en una forma deseada. Elogie el comportamiento, no elogie a la persona. Algunos ejemplos son: compartir los juguetes, tener buenos modales, llevar a cabo las tareas, jugar con otros en buena armonÌa, tratar amablemente al bebÈ, acariciar suavemente al perro o gato, ser tolerante en los tratos con los dem·s, limpiar el cuarto o leer un libro. Su hijo tambiÈn puede ser elogiado por tratar de hacer las cosas, como por ejemplo tratar de usar la bacinica durante el aprendizaje de la higiene personal o intentar algo difÌcil, como armar un rompecabezas. Los elogios har·n que su hijo quiera portarse bien m·s a menudo. Trate de "sorprender" a su hijo cuando se est· portando bien, y haga comentarios al respecto tres o m·s veces por cada vez que tenga que disciplinarlo o criticarlo.

Los refuerzos positivos materiales generalmente son dulces, galletas de animalitos, dinero o tiempo para video-juegos. Utilice los refuerzos materiales como incentivos para aumentar la frecuencia de la conducta responsable. Estos refuerzos pueden ser ™tiles para vencer la resistencia cuando los niÒos se obstinan en su comportamiento conflictivo (por ejemplo, mojarse o ensuciarse los pantalones). Los refuerzos materiales sÛlo deben ser utilizados para un problema de comportamiento por vez, y cuando el elogio no haya dado buenos resultados por sÌ solo. Los refuerzos materiales deben ser eliminados gradualmente y reemplazados cuanto antes con refuerzos naturales (sociales).

Llame a su mÈdico durante el horario normal si:

  • El mal comportamiento de su hijo es peligroso.
  • Los casos de mal comportamiento son demasiado numerosos.
  • Su hijo tambiÈn est· teniendo problemas de conducta en la escuela.
  • Su hijo no parece tener muchas buenas cualidades.
  • Su hijo parece estar deprimido.
  • Los padres no pueden ponerse de acuerdo sobre la disciplina.
  • Usted no puede abandonar el castigo fÌsico (Nota: Llame inmediatamente si teme poder lastimar a su hijo).
  • El mal comportamiento no mejora despuÈs de 1 mes de adoptar este enfoque.

Escrito por B.D. Schmitt, M.D., autor de "Your Child's Health", Bantam Books.
Copyright 1999 Clinical Reference Systems