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Clinical Reference Systems: Pediatric Advisor 10.0
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Divorcio: Su Impacto Sobre Los Hijos
(Divorce: Its Impact on Children)

CÛmo ayudar a su hijo a enfrontar el problema del divorcio

Cada aÒo, m·s de 1 millÛn de niÒos son afectados por el divorcio de sus padres. Nuestro principal objetivo debe ser minimizar el daÒo emocional causado a estos niÒos. La forma principal de lograr esto es ayudar a los hijos a mantener una relaciÛn estrecha y segura con ambos padres.

DÌgale a su hijo sobre la separaciÛn o el divorcio antes de que uno de los padres se vaya de la casa. De preferencia, deben estar presentes los padres y todos sus hijos.

Las siguientes recomendaciones pueden ayudar a sus niÒos:

  1. Asegure repetidamente a sus hijos que ambos padres les quieren.

    Acl·reles que aunque ustedes --los padres-- estÈn descontentos el uno con el otro y tengan discrepancias en muchas cosas, lo ™nico en que ambos est·n totalmente de acuerdo es en lo mucho que quieren a sus hijos. DemuÈstreles este cariÒo pasando tiempo con ellos. Los niÒos de edad preescolar especialmente necesitan muchos mimos de ambos padres, pero no inicie malos h·bitos como dejar que su hijo duerma con usted.

  2. Mantenga constantes tantos aspectos del mundo de su hijo como sea posible.

    Entre menos sean los cambios, mejor podr· manejar su hijo la crisis del divorcio. Trate de mantener a su hijo en la misma casa o el mismo vecindario. Si esto es imposible, trate por lo menos de mantener a su hijo en la misma escuela con los mismos maestros, amigos y equipos deportivos, aunque sÛlo sea en forma temporal. Aseg™rele repetidamente que aunque su nivel de vida disminuir· un poco, usted continuar· satisfaciendo las necesidades b·sicas de la vida (es decir, alimento, ropa y casa).

  3. Tranquilice a su hijo asegur·ndole que ser· visitado por el padre que no tiene custodia de Èl.

    Su hijo necesita al padre y a la madre. El divorcio causa confusiÛn en los niÒos pequeÒos y les hace temer que uno de los padres los abandone. Los niÒos necesitan saber que tendr·n contacto constante tanto con el padre como con la madre.

    Programe las visitas de acuerdo a un plan definido y fijo. El padre que tenga custodia del niÒo debe apoyar firmemente el programa de visitas. Un dÌa completo cada semana o cada dos semanas generalmente es preferible a las visitas breves, m·s frecuentes (y apresuradas). Trate de no hacer demasiado en un dÌa. Si hay m·s de un hijo, todos deben pasar la misma cantidad de tiempo con el padre que no tenga custodia para evitar los sentimientos de favoritismo. Su hijo esperar· impacientemente las visitas, de modo que el padre visitante debe cumplir sus promesas, ser puntual y recordar los cumpleaÒos y otros eventos especiales. Ambos padres deben esforzarse para hacer que estas visitas resulten agradables. Permita que su hijo le diga que la pasÛ bien durante la visita con su ex cÛnyuge.

    ProporciÛneles a sus hijos el n™mero telefÛnico del padre que no tenga custodia y haga que lo llamen a intervalos regulares. Si el padre que no tiene custodia se ha mudado a una ciudad lejana, las llamadas telefÛnicas y las cartas se vuelven indispensables para mantener una relaciÛn constante.

  4. Si el padre que no tiene custodia deja de colaborar, encuentre substitutos.

    Pida a sus parientes o a voluntarios de programas tales como Hermano Mayor o Hermana Mayor que pasen m·s tiempo con su hijo o hija. ExplÌquele a su niÒo: "Tu pap· (o tu mam·) no puede visitarte por ahora. Tiene muchos problemas que est· tratando de resolver. En este momento no podemos hacer nada para cambiar esa situaciÛn". Ay™dele a su hijo a expresar su frustraciÛn y su sentimiento de pÈrdida. Si su hijo es adolescente, el hecho de escribir o llamar al padre o madre ausente tal vez podrÌa hacer que Èste o Èsta vuelva a colaborar.

  5. Ay™dele a su hijo a hablar de sus sentimientos dolorosos.

    Cuando tienen lugar la separaciÛn y el divorcio de los padres, muchos niÒos experimentan ansiedad, depresiÛn e ira. Frecuentemente est·n a punto de llorar, duermen mal, tienen dolor de estÛmago o no obtienen muy buenos resultados en la escuela. Para ayudarles a superar estos sentimientos dolorosos, aliÈntelos a hablar de ellos y respÛndales con comprensiÛn y apoyo. Un grupo de discusiÛn del divorcio en la escuela puede ayudar a que los niÒos se sientan menos aislados y menos avergonzados.

    Su hijo necesita tiempo suficiente para sufrir la pÈrdida de usted y su cÛnyuge como padres unidos. Permita que se expresen abiertamente los sentimientos y responda con honestidad a las preguntas de su hijo. Si la ira se convierte en una conducta destructiva, deber·n imponerse lÌmites mientras, al mismo tiempo, usted ayuda a que su hijo exprese su ira.

  6. Aseg™rese de que sus hijos entienden que ellos no son responsables del divorcio.

    A menudo los hijos se sienten culpables, creyendo que de alg™n modo ellos causaron el divorcio. Sus hijos necesitan que usted les asegure repetidamente que de ning™n modo ellos fueron la causa del divorcio.

  7. Explique claramente que el divorcio es definitivo.

    Algunos hijos persisten en la esperanza de que puedan volver a unir de alg™n modo a sus padres, y hacen como si la separaciÛn fuera temporal. Aclararles a los hijos que el divorcio es definitivo puede ayudarles a que lamenten su pÈrdida y lleguen a adaptarse mejor a la situaciÛn, aceptando la realidad del divorcio.

  8. Trate de proteger las opiniones positivas que su hijo tenga de ambos padres.

    Trate de mencionar los puntos buenos del padre o la madre ausente. No exprese demasiado abiertamente los sentimientos negativos que usted tenga hacia su ex cÛnyuge. (Usted debe desahogar estos sentimientos con otro adulto, no con sus hijos.) DesdeÒar o desacreditar al padre o la madre ausente en presencia de su hijo puede disminuir la opiniÛn que Èl tiene de sÌ mismo y crear m·s stress.

    No le pida a su hijo que tome partido. Un niÒo no tiene que sentir lealtad sÛlo hacia uno de los padres. Su hijo debe poder amarlos a ustedes dos, aunque ustedes ya no se amen el uno al otro.

  9. Mantenga la disciplina normal en ambas casas.

    Los niÒos necesitan ser criados con reglas pr·cticas firmes y coherentes. La indulgencia exagerada o la tolerancia excesiva por parte de uno de los padres puede hacer que el otro tenga m·s dificultad en lograr que el hijo se porte bien. La competencia constante por el amor de un hijo mediante privilegios o regalos especiales produce un niÒo excesivamente mimado. Las reglas b·sicas generales acerca de la disciplina deber·n ser establecidas por el padre que tenga custodia del niÒo.

  10. No discuta con su ex cÛnyuge acerca de su hijo en presencia de Èste.

    A los hijos les molesta muchÌsimo ver pelear a los padres. Es de suma importancia que usted evite todas las discusiones acerca de las visitas, la custodia o la manutenciÛn del niÒo en presencia de Èste.

  11. Trate de evitar las disputas por la custodia.

    Su hijo necesita muchÌsimo un sentido de estabilidad. OpÛngase a la custodia concedida al otro padre sÛlo si Èste le est· causando daÒo obvio o sufrimiento repetido a su hijo. Las acusaciones falsas de abuso fÌsico o sexual producen gran angustia emocional al hijo. Si es posible, no separen a los hermanos a menos que sean adolescentes y expresen una clara preferencia por vivir en diferentes lugares.

  12. Los libros pueden proporcionar reafirmaciÛn y apoyo.

    Su hijo puede leer acerca de otros niÒos de padres divorciados que se sienten tristes y asustados pero, sin embargo, finalmente se vuelven m·s fuertes. (Vea la lista de lecturas bajo "Lecturas Recomendadas").

Llame a su mÈdico durante el horario normal si:

  • Su hijo tiene sÌntomas que interfieren con el trabajo escolar, la alimentaciÛn o el sueÒo, durante m·s de dos semanas.
  • Usted considera que su hijo est· deprimido.
  • Su hijo tiene algunos sÌntomas fÌsicos, causados por el divorcio, que han durado m·s de 6 meses.
  • El niÒo sigue creyendo que los padres volver·n a estar juntos, aunque ya ha pasado m·s de un aÒo despuÈs del divorcio.
  • Usted considera que el otro padre est· perjudicando a su hijo.
  • Su hijo se niega recibir las visitas del padre que no tiene custodia.

Escrito por B.D. Schmitt, M.D., autor de "Your Child's Health", Bantam Books.
Copyright 1999 Clinical Reference Systems